jueves, 5 de julio de 2012

El concurso la liquidación ordenada


La reforma concursal

Se publicó hace algunas semanas la reforma de la Ley Concursal (LC) y, como resultaba previsible, son múltiples las opiniones que se vienen publicando valorándola.  Hoy quiero reseñar el artículo de mi compañero complutense el Profesor José Carlos González Vázquez, que de una manera clara y vigorosa formula una severa crítica hacia aspectos importantes de la reforma en un artículo publicado en “Consejeros”, cuyo título es expresivo: “La última reforma concursal o cómo no se debería legislar”.


Comparto con José Carlos las críticas que hace a aspectos generales de la reforma. Algunos de esos aspectos ahondan en el debilitamiento de la orientación correcta que, en mi opinión, había adoptado nuestro Derecho concursal con la aprobación de la vigente Ley. Al hilo de estas reformas se reproducen algunos de los errores que caracterizaron la regulación de la insolvencia en épocas precedentes. Vaya por delante mi  comprensión hacia la dificilísima tarea de abordar el problema concursal. Esto es, no solo el problema del tratamiento de la insolvencia, sino el generado por la aplicación de la legislación concursal en los Juzgados y Tribunales, que en gran medida es un reflejo de la crisis económica que nos asola. El legislador se ve obligado a hacer frente a ese problema clamoroso y entiende que debe hacerlo a través de la reforma de la LC.  Ese punto de partida es erróneo, pues ignora que son otras medidas adicionales las que resultan necesarias y, al mismo tiempo, atribuye a la norma concursal finalidades que no le corresponden. En línea con el artículo de José Carlos, me voy a fijar en dos ideas fundamentales.

La primera se refiere a los privilegios concursales. Es sabido que la LC trató de restringir determinados privilegios que hacían  irrisorio acudir a un procedimiento con la voluntad de participar en la insolvencia  de su deudor. Tal implicación resultaba para muchos acreedores inútil, dado que la solución dependía de cuál fuera la posición que adoptaran pocos y determinantes acreedores. Esos acreedores privilegiados solían ser las Administraciones y las entidades de crédito.  Si valoramos el proceso de reforma de la LC en estos últimos años veremos que volvemos a reforzar la posición de esos acreedores privilegiados. Nadie discute la legitimidad de sus intereses, pero es cuestionable que la protección excesiva de los mismos descarte una tutela razonable a los demás acreedores, titulares de intereses igualmente legítimos. Las reformas están corriendo el riesgo de dejar fuera del concurso a los acreedores ordinarios. Éstos no tendrán ningún interés en la iniciación o tramitación del concurso si son conscientes de que nada deben de esperar de cualquiera que sea la solución del mismo.

La segunda consideración nos devuelve a otro problema plasmado en este blog a lo largo de sucesivas entradas. Me refiero a que nuestro legislador concursal se muestra confuso en relación con cuestiones fundamentales. Esto se advierte con respecto a la finalidad del concurso. Frente al enfoque inicial que la LC adoptó en el año 2003 y que claramente orientaba el concurso hacia la satisfacción de los acreedores, en el preámbulo de la Ley 38/2011 se reproducen argumentos e ideas que aparecían en reformas precedentes y que apuntan a una progresiva modificación de la finalidad del concurso, a favor de la llamada tesis conservativa. Esa tesis corre el riesgo de su inconcreción. Hacer que el concurso prolongue de manera innecesaria la actividad de empresas que no pueden satisfacer los pasivos acumulados y que parecen como incapaces de salir del concurso, reforzadas y saneadas, no parece razonable. En interés de todos está que el concurso no se utilice como una manera de prolongar una agonía acreditada. El concurso debe servir para que una empresa insolvente continúe con su actividad y pague de la manera más eficiente a sus acreedores.

Madrid, 31 de octubre de 2011

Es masiva la destrucción de Empresas


Un total de 2.044 sociedades se destruyeron en Madrid en el primer semestre de 2012

Madrid | 03/07/2012 - 18:19h
MADRID, 03 (EUROPA PRESS)

Un total de 2.044 sociedades se destruyeron en la Comunidad de Madrid en el primer semestre del año 2012, según destaca el último informe 'Radar Empresarial' elaborado por Axesor.

El balance acumulado de la iniciativa emprendedora en España arroja una destrucción neta de 21.071 sociedades en el primer semestre de 2012, casi el doble de las 11.000 empresas que desaparecieron en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Sin embargo, el estudio, que analiza la evolución del tejido empresarial español y la iniciativa empresarial, los concursos de acreedores y las operaciones corporativas en España celebra que hasta la fecha se han registrado 43.237 altas oficiales al cierre del primer semestre, con un ligero crecimiento del 1 por ciento.

En junio, los datos recogidos por la firma especializada en información empresarial destacan que se dieron de alta 7.627 sociedades, lo que supone un 3,8 por ciento menos que en el mismo periodo del año precedente.

Por sectores, el comercio es el nicho que recoge la mayor iniciativa empresarial, con más de 10.400 nuevas sociedades registradas en los seis primeros meses de 2012. Si bien, el crecimiento en este sector es casi un 2 por ciento inferior respecto al mismo periodo del 2011.

En el plano regional, todas las comunidades autónomas presentaron un balance de creación empresarial "negativo" en el semestre, donde Cataluña lidera el ranking con una destrucción neta de más de 5.000 sociedades, seguida de Andalucía (3.656), Valencia (3.001) y Madrid (2.044).

CONCURSO DE ACREEDORES

Los concursos de acreedores superaron la cifra de 706 procedimientos durante el pasado mes de junio, lo que supone un aumento del 41 por ciento respecto al mismo mes de hace un año, superando así sus máximos históricos desde 2008 por sexto mes consecutivo.

La mayor repercusión se ha registrado en Madrid, que en el mes pasado contabilizó 92 nuevos procesos, un 70 por ciento por encima de las cifras del mismo mes de 2011.

En cuanto al comportamiento sectorial, la construcción acumula ya 1.183 procedimientos de insolvencia, un 34 por ciento más que en 2011, erigiéndose como el sector que más recursos ha presentado.

Además, Axesor prevé que los procedimientos concursales superarán los 7.000 procedimientos al cierre del año.

OPERACIONES CORPORATIVAS

En el plano de las operaciones corporativas, se han desarrollado 332 escisiones en el primer semestre del año, un 14 por ciento más que en 2011, mientras que el importe acumulado por ampliaciones de capital alcanzó los 28.000 millones de euros y es un 23 por ciento menor que en 2011.

Concretamente, el importe acumulado de ampliaciones de capital en el primer semestre del año es de 28.179 millones de euros, lo que supone un descenso del 23 por ciento. El volumen económico de las reducciones, por su parte, es un 48 por ciento mayor, superando los 6.800 millones de euros.

miércoles, 4 de julio de 2012

Aumentan los concursos

Los procedimientos concursales se han incrementado un 30 por ciento en el segundo trimestre de 2012 en Andalucía en relación con el primer trimestre, hasta los 265 procesos, según Crédito y Caución, que apunta que Andalucía fue la cuarta comunidad por número de operaciones, tras Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid.

Durante el segundo trimestre, en Cataluña, la comunidad que concentra habitualmente el mayor número de concursos debido a su peso en la economía española, se ha producido un aumento del 25 por ciento frente al primer trimestre. Este aumento está por debajo del 33 por ciento registrado en la Comunidad Valenciana o del 30 por ciento de Andalucía. Por su parte, Madrid, registra un aumento en sus niveles de concursalidad del 17 por ciento.

A nivel nacional, en el segundo trimestre de 2012 se han registrado más de 2.200 nuevos procesos concursales, según se desprende del seguimiento de las insolvencias judiciales en España que realiza el Área de Administración de Riesgos de Crédito y Caución, a partir de los datos publicados en el Boletín Oficial del Estado. 

Estos niveles, que suponen un incremento del 18 por ciento frente a la concursalidad registrada el trimestre anterior, confirman el empeoramiento de las insolvencias judiciales por tercer trimestre consecutivo.

La concursalidad empresarial está muy lejos de los 250 casos trimestrales que marcan su nivel medio a largo plazo. De cara a 2012 no hay ningún indicio que permita anticipar un descenso en estos niveles.

Según el informe, analizado por Europa Press, por provincias andaluzas, Sevilla fue la provincia con mayor número de proceso concursales en el segundo trimestre de 2012, con 74 procedimientos, lo que supone un incremento del 40 por ciento en relación con el primer trimestre, seguida de Málaga, con 65 procesos un incremento del 38 por ciento; y Cádiz, con 44 procedimientos y un incremento del 33 por ciento.

Granada registró en el segundo trimestre del año 28 procesos concursales, lo que supuso un importante incremento del 133 por ciento, seguida de Almería, que, con 17 procedimientos en el segundo trimestre, vio incrementada estas operaciones un 143 por ciento.

Por el contrario, en Córdoba se registró un descenso del 35 por ciento en los procedimientos concursales, hasta las 13 procesos; en Huelva se registraron 12 procedimientos concursales, un 33 por ciento menos; y en Jaén se registraron en el segundo trimestre de 2012 un total de 12 procedimientos, un 14 por ciento menos que en el primer trimestre del año.

Los acreedores de Nueva Rumasa S.A

Los acreedores de Nueva Rumasa S.A., sociedad que formaba parte del conglomerado empresarial de la familia Ruiz-Mateos con el mismo nombre, tienen diez días para presentar impugnaciones al informe de la administración concursal ante el Juzgado de lo Mercantil número 11 de Madrid, según un edicto publicado en el BOE. 

Este juzgado acordó en mayo la apertura de la fase de liquidación y declaró disuelta esta sociedad, que los Ruiz-Mateos vendieron al grupo del empresario Ángel de Cabo. Según informaron a Europa Press en fuentes próximas al proceso, el pasivo de la empresa ronda los 30 millones de euros.

La sociedad no tenía empleados ni actividad, aunque "en su día" concentraba algunos servicios centrales del grupo, como la gestión de publicidad y el soporte informático, según las mismas fuentes.

La gran mayoría de las empresas propiedad de la familia Ruiz-Mateos entraron en concurso de acreedores tras la caída del 'holding' a principios del año pasado. 

Una vez que el grupo fue vendido a sociedades del empresario Ángel de Cabo el pasado mes de septiembre, el nuevo propietario comenzó a solicitar el procedimiento concursal en algunas sociedades que aún no lo habían hecho, como Rumanova o Nueva Rumasa.